Redacción. Madrid
La Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés) está trabajando con otros organismos internacionales en la monitorización y supervisión de todos los medicamentos fabricados en Japón después de la fuga en la central nuclear de Fukushima, ante el posible riesgo de contaminación radiactiva.
Situación de la central.
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En concreto, están trabajando con las autoridades japonesas competentes en la materia, los ministerios de sanidad y agricultura, así como con otras agencias reguladoras internacionales, si bien reconocen que el riesgo para la salud humana y animal es "muy pequeño".
La EMA ha optado por estas medidas preventivas a fin de garantizar la calidad, seguridad y eficacia de los medicamentos.
El objetivo es analizar los medicamentos fabricados total o parcialmente en las prefecturas de Fukushima, Gunma, Ibaraki, Tochigi, Miyagi, Yamagata, Niigata, Nagano, Yamanashi, Saitama, Tokio y Chiba, analizando en todos los casos los niveles de los radionucleidos yodo-131, cesio-134 y cesio-137, antes de su exportación de Japón.
Según la información remitida por las empresas japonesas, sólo un pequeño número de medicamentos se fabrica en estas prefecturas y, por tanto, podrían estar potencialmente afectados.
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